A 150 años de su nacimiento
Por alguna razón la música de Ralph Vaughan Williams, el más grande compositor inglés del siglo XX junto con Benjamin Britten, no se asimila bien en México. A 150 años de su nacimiento su remembranza es nula en nuestras orquestas. Salvo un homenaje con su música que habrá en el CENART de la Ciudad de México, el resto es silencio.
La música de Vaughan Williams frecuentemente es luminosa llegando a lo sublime en sus ideas temáticas. Ciertamente ha asimilado al folclor inglés en su estilo. Esta característica le ha ocasionado que otros colegas como Aaron Copland se refirieran a su música como “Escuchar (su música) es como ver a una vaca por 45 minutos”. Copland fue un gran compositor pero un divulgador musical cuestionable: un acercamiento comprometido a la música de Vaughan Williams nos permitirá encontrar también música agresiva (4ª Sinfonía), e incluso incorporando algunos elementos cercanos al jazz (6ª Sinfonía). Pocos compositores han podido componer en tal variedad de formas y combinaciones instrumentales manteniendo un estilo personal cimentado en el folklore inglés pero también en la música inglesa del periodo isabelino. Hay indicios también del impresionismo francés y postromanticismo alemán, principalmente en algunas de sus primeras obras.
Ralph Vaughan Williams nació hace 150 años un 12 de octubre de 1872 en Down Ampney, Inglaterra y murió el 26 de Agosto de 1958 en Londres. Ravel tenía razón cuando dijo; “Es el único de mis pupilos que no componen como yo”. Te propongo descubrir algunas obras emblemáticas de este artista de extraordinaria energía creativa que aún componía música a sus 86 años de edad.
Fantasía sobre un Tema de Thomas Tallis para 2 orquestas de cuerda
Causó una cierta sorpresa en su primera presentación el 6 de septiembre de 1910 en la Catedral de Gloucester. Era una de las primeras obras inglesas que se inspiraban en la música del renacimiento inglés. El tema que Vaughan Williams utilizó en esta obra es un himno de compositor inglés renacentista Thomas Tallis. Curiosamente este tema no se escucha al inicio de la obra sino después de cinco acordes iniciales espaciados y algunos compases en donde se escucha el tema fragmentado en pizzicato por las cuerdas medias y bajas.
Las Avispas, Suite Aristofánica, para orquesta
En 1909, el Comité de Teatro Griego en Cambridge le comisionó a Vaughan Williams música incidental para la obra satírica de Aristófanes “Las Avisas”. La versión original estaba conformada por una obertura y 17 números. Unos cuantos años después, el compositor conformó su Suite Aristofánica seleccionando algunos de los números memorables. La obertura permanece como una de sus obras más populares. Al inicio se puede escuchar el zumbido de las avispas.
Sinfonía No. 1 “A Sea Symphony” (Sinfonía del Mar) para barítono y soprano solistas, coro y orquesta
La primera de las nueve sinfonías de Vaughan Williams es una obra de gran belleza que parte de la gran tradición coral inglesa y del interés del compositor por la poesía de Walt Whitman. El texto de Whitman es una alegoría del recorrido del alma en la vida como un viaje por mar hacia regiones desconocidas. Es inolvidable la fanfarria inicial que lanza la entrada del coro con las palabras “Contemplad el mar”. El segundo movimiento es un nocturno sublime en donde destaca la intervención del barítono. El scherzo “Las olas” posee una atmósfera incansable que es interrumpida por un tema de gran nobleza en su parte central. El cuarto y más extenso movimiento “Los exploradores” cierra la obra con una visión elevada de la vida su punto cumbre es un dueto fervoroso para soprano y barítono.
Sinfonía No.2 “A London Symphony” (Una Sinfonía de Londres), para orquesta
En 1907 Vaughan Williams partió para Paris para estudiar con Maurice Ravel, tres meses intensos. Esto le permitió al compositor inglés “escapar del pesado contrapunto alemán”.
Una de las obras más importantes que Vaughan Williams compuso, inmediatamente a su vuelta de Paris fue “Una Sinfonía de Londres”, la segunda de su producción. Escrita entre 1910 y 1913.
La Sinfonía de Londres es el canto a una gran ciudad. A pesar de que hay elementos pictóricos como las campanadas de Westminster en el primer y último movimiento, una reminiscencia de canción folklórica en el segundo y los sonidos figurados de armónicas y pianos mecánicos en el scherzo, no hay una línea programática: esto se le deja al oyente y la convierte en una obra sinfónica con ciertos elementos simbólicos que nos acercan al Londres de la segunda década del siglo XX.
Sinfonía No. 5 en re mayor, para orquesta.
Una de las obras predilectas de Vaughan Williams. Temáticamente está íntimamente ligada a la ópera “El Progreso del Peregrino”. Completada en 1943. Ha veces ha sido llamada la “Sinfonía de la Ciudad Celestial” por su luminosidad y lirismo. Un caso singular de la obra es que fue dedicada a Jean Sibelius “sin su permiso” (aunque posteriormente Sibelius la consideró una gran obra). Destaca el ambiente sereno, a veces misterioso pero siempre tendiente a lo refulgente.
Riders to the Sea (Jinetes a la mar) y Flos Campi
“Riders to the Sea” es una ópera basada en una pieza teatral de J.M. Synge. Su orquestación es camerística, concentrada, trágica, de sutiles efectos orquestales y un final sereno: el reparto prácticamente es femenino. La suite “Flos Campi” para viola, pequeño coro y orquesta de cámara es una obra sensual y misteriosa que hace uso de la bitonalidad y que debería de conocerse mejor.
Otras obras relevantes
Siendo Vaughan Williams un agnóstico declarado, es de sorprendernos que una considerable parte de la obra tenga una temática y contexto religioso. Quizá en el fondo, el compositor de facciones robustas era un hombre con inclinación espiritual como lo atestiguan sus bellas obras corales navideñas “Fantasía sobre villancicos navideños”, “Hodie” o la “Misa”, de inspirada riqueza polifónica. Te recomiendo escuchar su ópera “El Progreso del Peregrino” (quizás junto con “Riders to the Sea” su otra gran ópera) basada en el texto del escritor puritano John Bunyan, una obra relacionada con la Sinfonía No. 5 antes comentada y que es una especie de síntesis de su obra.
Rarezas
Vaughan Williams tiene en su haber un concierto para tuba y orquesta en fa menor. Uno de los pocos compositores que han podido escribir una pieza lírica y humorística para este instrumento. La romanza en re bemol para harmónica y orquesta es otra obra curiosa que muestra la sensibilidad instrumental del compositor inglés.
Distinguidos intérpretes de su música.
La universalidad de la música de Vaughan Williams queda ejemplificada por la devoción de diversos artistas que han interpretado su música desde el estreno de sus creaciones. Entre los nombres distinguidos que podemos encontrar destacan directores de orquesta como Adrian Boult, John Barbirolli, Andre Previn, Vernon Handley, Bernard Haitink, Andrew Davis, Neville Marriner, Robert Spano, Bryden Thomson o Richard Hickox; solistas como Bryn Terfel, Gerald Finley, Anthony Rolfe Johnson, Ian Bostridge, Simon Keenlyside, Thomas Allen, Robert Lloyd, Joan Rodgers, Felicity Palmer, Helen Watts, Felicity Lott entre muchos otros. Entre los sellos discográficos prácticamente EMI se ha llevado los palmares con respecto a los mejores registros discográficos que hay de la obra de Vaughan Williams; los ciclos sinfónicos de Adrian Boult, Vernon Handley y Bernard Haitink tienen sus partidarios entusiastas. CHANDOS al igual que EMI prácticamente ha registrado toda la obra de Vaughan Williams con Bryden Thomson y Richard Hicokx y NAXOS con su ciclo sinfónico Kees Bakels-Paul Daniel es una alternativa fresca a un costo menor. De los directores actuales Andrew Manze, Martyn Brabbins y algunos otros han grabado o están en proceso de grabar las nueve sinfonías. La pregunta es ¿Quién será el primer director de orquesta mexicano que se atreva a dirigir las 9 sinfonías?.