Comienzo una serie de artículos dedicados a grandes óperas de la historia; la idea es compartirte información principal, algunas reflexiones propias y regalarte una pauta con momentos especiales de cada obra para que puedas disfrutarlas; ya seas un experimentado amante de la ópera o alguien que acaba de ser conquistado por este excepcional género.
No será coincidencia que la primera obra de esta galería sea de uno de mis compositores predilectos; Gioachino Rossini. En esta ocasión le daremos un vistazo a su “Italiana in Algeri” o mejor conocida en español “Italiana en Argel”.
La “Italiana en Argel” constituye el primer gran éxito cómico incuestionable de Rossini. Podemos ver esta obra como la epitome de la ópera bufa; en su versión más cercana a las figuras de la comedia del arte. La trama es una serie de situaciones disparatadas en donde la mujer es quien posee el poder; Isabella es incuestionablemente una de las primeras heroínas feministas que dan de comer de la mano a los hombres; si tiene que ser seductora lo es, si requiere arengar a un grupo de marinos lo puede hacer, sensual, contundente; Isabella lleva la ópera bufa al siglo XIX. Lejos estamos de las heroínas sumisas de las óperas del clasicismo. Incluso Mozart nos muestra en “Cosí fan tutte” un par de mujeres ingenuas que son engañadas al antojo de los hombres. No sucede esto en la “Italiana en Argel”
La composición de la Italiana surgió de improviso a petición del empresario Giovanni Gallo del Teatro San Benedetto de Venecia; el compositor Carlo Coccia había sido comisionado para escribir “La donna selvaggia” pero su composición se atrasó. Entra al quite un compositor de 21 años que ya había estrenado dos óperas ese mismo 1813.
Dada las prisas (Rossini compuso su ópera en menos de un mes) se decidió reutilizar un libreto de Angelo Anelli que había sido escrito para el compositor Luigi Mosca. Pero Rossini, muy a su estilo, propuso algunos cambios; se cortó un aria y un dueto que consideraba dramatúrgicamente inefectivos pero a cambio se escribió un aria más para Isabella así como excepcionales finales para el acto I y para el quinteto del segundo acto.
Por las prisas Rossini tuvo que ceder la composición del recitativo secco a otro compositor así como el aria de Lindoro “Come il cor di giubilo” y el aria de Haly “le femmine d’ Italia”. Ambas arias están bien escritas, son compactas y quizá es por ello que generalmente se siguen interpretando a pesar de que en 1814 Rossini sustituyó “Come il cor” con “Concedi, amor pietoso” de su propia mano. Quizá está última no captura tan satisfactoriamente la ingenuidad y el candor de Lindoro como personaje.
Finalmente el papel de Isabella se llevó tres arias, lo cual no nos debe de sorprender ya que la creadora del papel fue la gran contralto Maria Marcolini. Entre los otros papeles también hay que destacar la presencia del estupendo bajo Filippo Galli, quien crearía algunos papeles importantes para Rossini.
La suerte de la ópera fue constante y nunca abandonó completamente el repertorio. Se cuenta con una nueva edición revisada de la partitura por Azio Corghi. Entre las diferencias con las ediciones espurias hay que poner atención a la transparente orquestación original rossiniana y al empleo del flautín e instrumentos de percusión para darle un toque “turco” a la obra (como décadas antes había hecho Mozart con el “Rapto en el Serrallo”).
La orquestación de la obra queda de esta forma; flauta, 2 flautines, 2 oboes, 2 clarinetes, fagot, 2 cornos, 2 trompetas, bombo, platillos, percusión y cuerdas. Esencialmente una orquesta cameral que comenta con gran ímpetu e ironía y muestra las habilidades de gran orquestador que era Rossini, esencialmente clásico.
La obertura es sin duda una de las grandes que compuso Rossini, captura de forma excepcional el encanto y la vivacidad de la obra sin utilizar algún tema de la ópera. Aquí es donde las versiones espurias de la partitura son especialmente molestas; el empleo de flauta en lugar de flautín, la ausencia de percusión turca, etc.
Entre los números a los que habría que prestar atención están;
- Cavatina de tenor (Lindoro) “Languir per una bella” con un formidable solo de corno, escritura florida y sentimental.
- Las tres arias de Isabella; la primera “Cruda sorte” posee una escritura brillante en coloratura incluyendo un rondo pícaro. La segunda “Per lui che adoro” muestra una línea musical de gran erotismo, sin lugar a duda es una de las arias más sensuales de Rossini. “Pensa alla patria” es una gran escena y aria que acerca a Isabella a las heroínas heroicas. La declamación es poderosa y la cabaletta exige la habilidad de fioritura y coloratura más brillante.
- Mustafa no es un bajo bufo, no debe de ser tratado como tal. Escrito para un bajo belcantista de voz portentosa, Mustafá debe de contrastar con el resto no por lo caricaturesco sino por su lustre vocal. Un tirano de ópera seria en el lugar equivocado. Es curiosa su aria “gia d’insolito ardore” puesto que es elegante en su fioritura pero por otro lado hay un cierto elemento bufo que nos muestra que el bey de Argel es un pésimo amante.
- Taddeo es efectivamente la figura ridícula en la gran tradición de la ópera bufa italiana. El pretendiente de Isabella no tiene la mínima oportunidad con ella pero diversos momentos graciosos pasan a través de su personaje. Al final es engañado por Isabella y muy tarde se da cuenta de ello. Su aria “Ho un gran peso” es una de las primeras grandes arias bufas de Rossini, ahí está el canto rápido y los exagerados saltos del personaje.
- No podemos olvidar el dueto para Mustafá y Lindoro “Se inclinassi a prender moglie” de articulación rápida y precisa así como un canto decorado.
- Entre los ensambles el final del primer acto es un tour de force por el ímpetu rítmico y el ingenioso contrapunto; un elemento gracioso es que al final los personajes están tan confundidos por los hechos ocurridos que solamente pueden articular onomatopeyas; bum bum, cra cra, ding ding. Podemos escuchar uno de los clásicos crescendos rossinianos.
- En contraste con otros trabajos bufos, el final de la “Italiana en Argel” es efervescente, con la ceremonia de los papatacci, la línea vocal requiere saltos abruptos para las voces oscuras. El ensamble final es breve pero es muy vivo y repite efectivamente el refrán de la obra “las mujeres se salen con la suya”.
REGISTROS DE LA OBRA
Hay varios, yo me quedo con tres;
ERATO: Con una divertida y vocalmente portentosa, impecable técnicamente, Marilyn Horne en el rol titular, soberbio Samuel Ramey como el bey de voz amplia y técnica excepcional, divertido Domenico Trimarchi en Taddeo pero Ernesto Palacio es un mediano Lindoro. En los comprimarios kathleen Battle hace a la mejor esposa de Mustafá pero Nicola Zaccaria es un avejentado Haly. Sensible batuta de Claudio Scimone.
CBS – SONY: Valentini Terrani hace una voluptuosa y encantadora Isabella algo menos chispeante que Horne, Wladimiro Ganzarolli es un Mustafá bufo, con mucha cara pero uno que otro elemento de canto rudo, Dara es uno de los grandes bufos de la segunda mitad del siglo pasado, Taddeo de canto rítmico y articulado y diversas sutilezas cómicas y Francisco Araiza hace al Lindoro más elegante de toda la discografía. Corbelli es el mejor Haly y Jeanne Marie Bima es una efectiva Elvira de voz ágil. Gabrielle Ferro dirige a la Capella Coloniensis que utiliza instrumentos antiguos (algo que extrañamente no ha sido muy explotado en Rossini) versión elegante no carente de chispa.
NAXOS: Una de las versiones actuales; Marianna Pizzolato hace una divertida Isabella sin el glamour vocal de sus grandes antecesoras, solvente técnicamente. Lorenzo Regazzo es el mejor Mustafá después de Ramey, más divertido que este y con una voz amplia y oscura, De Simone es un Taddeo divertido y burlesco, sin la voz atractiva de Trimarchi o el canto impecable de Dara. Lawrence Brownlee hace un Lindoro de gran belleza vocal, de técnica ágil y consumada, con los agudos más brillantes. En los comprimarios Ruth Gonzalez es demasiado estridente en su registro alto y Giulio Mastrototaro es firme y cumplidor como Haly. Viva interpretación de los Virtuosi Brunensis sin el cuidado orquestal de las otras versiones, la batuta de Alberto Zedda posee energía chispeante y un pulso Rossiniano excepcional. Versión en vivo.
Nota: Si quieres leer algunos apuntes mas sobre las óperas bufas de Rossini, te recomiendo mi anterior artículo: http://www.trofonio.com/2011/09/las-operas-comicas-de-rossini-un-breve.html